BlackRock informa que los grandes patrimonios latinoamericanos apuestan por activos alternativos

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BlackRock, destacada entidad mundial en manejo de activos, realizó un estudio entre las más importantes family offices de América Latina y otros patrimonios significativos. La meta era reconocer las tendencias y las actuales distribuciones de capital, particularmente en un contexto global marcado por gran incertidumbre, tensiones geopolíticas y condiciones financieras más restrictivas. A pesar de este escenario, los grandes inversores de la región continúan con una postura proactiva, aprovechando esta situación para reorganizar sus carteras con una visión a largo plazo.

Incremento en la visibilidad de activos no tradicionales

Un resultado destacado de la encuesta muestra que la asignación global a activos alternativos creció del 39 % al 42 %. En América Latina, la media es un poco más baja, situándose en un 34 %. Entre estos activos, el crédito privado lidera la preferencia, con un 32 % de las family offices globales expandiendo su exposición, seguido por inversiones en infraestructura.

La relevancia de estos activos se refuerza con el dato de que el 78 % de los encuestados los consideran esenciales para el crecimiento de su portafolio y no meramente como un medio de diversificación. Además, el 44 % de los inversionistas prevé aumentar su exposición en los próximos dos o tres años.

Búsqueda de rendimientos más estables

El atractivo principal del crédito privado e infraestructura radica en su potencial de ofrecer rendimientos más predecibles, en contraste con la volatilidad de los mercados tradicionales. En un contexto de tasas elevadas y riesgo global persistente, estos instrumentos se han convertido en alternativas atractivas que generan primas por liquidez y presentan menor correlación con los activos públicos.

Expansión más allá de las fronteras

Las family offices latinoamericanas mantienen parte de sus inversiones en mercados locales, pero amplían su exposición hacia activos internacionales, especialmente en Estados Unidos, Europa y Asia. Esta estrategia busca reducir la concentración de riesgo y aprovechar oportunidades en economías más maduras. Este interés geográfico también se extiende a los activos alternativos, donde buscan calidad y estabilidad externas.

Relación renovada con gestores de activos

Más que meros consumidores de bienes, las personas de alto patrimonio valoran asociaciones bien definidas con entidades como BlackRock. Resaltan la importancia de contar con un respaldo más integral, que comprenda orientación estratégica, apoyo en la distribución de activos y soluciones técnicas avanzadas. La tendencia se ha desarrollado hacia relaciones duraderas en lugar de operaciones aisladas.

Tecnología y profesionalización en la gestión

Aunque la adopción de inteligencia artificial en procesos de inversión aún es incipiente —solo un 5 % de las oficinas la utilizan—, existe un fuerte interés: un 35 % planea implementarla en los próximos años, principalmente en áreas como gestión de riesgos, eficiencia operativa y optimización de portafolios.

Al mismo tiempo, el 45 % de las family offices está progresando en la institucionalización y profesionalización interna, fortaleciendo estructuras operativas más sólidas y enfocadas en la gestión eficiente de riesgos y patrimonios.

Una visión de largo plazo en un entorno desafiante

Aunque la región enfrenta desafíos económicos y políticos, las grandes fortunas en América Latina muestran una impresionante habilidad para ajustarse. Han logrado adaptarse sin mayores inconvenientes a situaciones como la pandemia o las elecciones, y mantienen una planificación estratégica que previene respuestas impulsivas frente a variaciones pasajeras.

Estas tendencias reflejan una transformación significativa en la manera en que se gestiona el patrimonio en la región. La apuesta por activos alternativos, la apertura a nuevas geografías, el uso creciente de tecnología y el fortalecimiento de estructuras internas no solo responden a la coyuntura actual, sino que proyectan una visión madura y sostenida de preservación y crecimiento del capital.

Por Soler Neivis

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