Tormentas revelan naufragios históricos a lo largo de la costa este de EE.UU. y Bermudas

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Desde las costas de Carolina del Norte hasta los arrecifes de las Bermudas, poderosas tormentas están revelando vestigios de naufragios y tesoros marinos que habían estado escondidos por siglos. La temporada de huracanes en la costa este de Estados Unidos y el Atlántico no solo supone un reto para los residentes locales, sino también presenta una ocasión extraordinaria para arqueólogos, buceadores y entusiastas interesados en descubrir huellas del pasado.

En Carolina del Norte y Carolina del Sur, junto con Bermuda, se destaca la gran cantidad de naufragios históricos. La área denominada «Cementerio del Atlántico» contiene más de 1.000 embarcaciones hundidas, incluyendo barcos de la Guerra Civil y submarinos alemanes. En Bermuda, los arrecifes de corales han atrapado a más de 300 navíos desde el siglo XVI, estableciendo al reconocido «Triángulo de las Bermudas» como uno de los lugares con más alta concentración de naufragios a nivel global.

Arqueología marina y participación ciudadana

Los huracanes y las marejadas ciclónicas pueden desplazar naufragios enteros y exponer cascos, cargamentos y artefactos que permanecieron enterrados durante generaciones. Philippe Rouja, Custodio de Naufragios en Bermudas, indica que incluso los objetos más simples pueden ser de gran importancia histórica: “Cualquier naufragio que creas conocer, debes volver a verlo después de un huracán. Es una mezcla de anticipación y un poco de preocupación”.

El seguimiento de estos descubrimientos une el conocimiento de arqueólogos subacuáticos con la colaboración de buceadores locales y entusiastas. Cualquier elemento, ya sea un trozo de madera o herramientas antiguas, puede ofrecer indicios sobre quiénes dejaron el naufragio y su edad. En Carolina del Norte, se han documentado hallazgos impresionantes de restos ocultos bajo las dunas y a lo largo de la orilla, visibles incluso para quienes simplemente caminan por la playa.

Descubrimientos recientes y conservación

Entre los hallazgos más recientes destaca el naufragio del Corolla, descubierto tras fuertes tormentas en los Outer Banks. Fragmentos del casco y monedas de oro datadas del siglo XVII sugieren que podría ser el naufragio más antiguo conocido en la región, superando incluso al famoso Queen Anne’s Revenge del pirata Barbanegra. En todos los casos, los descubridores son alentados a documentar sus hallazgos e informar a las autoridades, asegurando así la preservación y el estudio de estos vestigios históricos.

En Carolina del Sur, la erosión costera acelerada por tormentas ha permitido la aparición de fósiles y restos antiguos, como un hueso de foca monje de la Edad de Hielo, hallado por un equipo de Charleston Fossil Adventures. Actividades de este tipo fomentan el turismo y la participación ciudadana en la arqueología, destacando la importancia de programas como los “Arqueólogos Ciudadanos”, que registran hallazgos y contribuyen a la investigación científica.

La fascinación histórica y turística de los naufragios

El entusiasmo por hallar tesoros y explorar barcos hundidos luego de tormentas posee tanto un valor arqueológico como un atractivo turístico. Descubrimientos históricos significativos, como la Cruz Tucker en Bermudas encontrada en un naufragio del siglo XVI, han motivado a varias generaciones de cazadores de tesoros y entusiastas de la historia marina. Numerosos buceadores eligen investigar zonas menos estudiadas para aumentar sus probabilidades de descubrir restos no registrados hasta ahora.

Con el cambio climático, la frecuencia e intensidad de las tormentas podrían revelar aún más naufragios en los próximos años. Tecnologías modernas, incluyendo drones y programas de cartografía submarina digital, facilitan la localización de embarcaciones hundidas y permiten un acceso más seguro y eficiente a estos sitios históricos. Hallazgos como las botellas de vino del Marie Celeste de 1864 continúan despertando la fascinación pública por la historia marítima y la arqueología submarina.

Mirando al futuro

El entusiasmo por los pecios y los artículos que aparecen después de las tempestades fusiona la emoción exploratoria con la conservación del pasado. En Bermudas, se prioriza la protección y el análisis de los numerosos naufragios aún por investigar. Tanto el público como los entusiastas del buceo siguen siendo fundamentales para registrar estos descubrimientos. Philippe Rouja enfatiza la necesidad de estar alerta: «Permanezcan vigilantes. Si alguien descubriera el gallo de bronce del Cristóbal Colón, sería un descubrimiento asombroso».

El legado de estos naufragios, expuestos por la fuerza de la naturaleza, subraya la riqueza de la historia marítima del Atlántico y la creciente participación de la comunidad en la conservación y el estudio del pasado.

Por Soler Neivis

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