Trump y Netanyahu enfrentados por las «situaciones reales de hambruna» en Gaza

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El ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha provocado controversia al afirmar que existen «situaciones reales de hambruna» en Gaza, contradiciendo la reciente declaración del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien había asegurado que no había hambruna en la región. Trump propuso la creación de “centros de alimentos” en Gaza para abordar la creciente crisis humanitaria, mientras las autoridades locales y los organismos internacionales siguen luchando para que la ayuda humanitaria llegue al enclave palestino.

Durante una conferencia en Turnberry, Escocia, Trump expresó su inquietud por la crítica situación en Gaza y remarcó que Estados Unidos está preparado para financiar la creación de estos centros, en conjunto con otras naciones que se unan al esfuerzo. “Vamos a establecer centros de abastecimiento alimentario, y lo realizaremos junto a personas muy competentes”, afirmó Trump, destacando que dichos centros facilitarían el acceso a alimentos sin impedimentos ni cierres.

El presidente también destacó que el dinero recaudado por su administración se utilizaría para esta causa, mencionando que otros países se están uniendo a Estados Unidos para aliviar la situación. Sin embargo, las declaraciones de Trump se contraponen con las del gobierno israelí, que insiste en que no hay evidencia de una hambruna en Gaza.

La difícil situación humanitaria en Gaza

La situación humanitaria en Gaza ha llegado a un punto crítico, con un aumento en el número de víctimas debido a la escasez de alimentos y medicamentos. Según un informe reciente del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, alrededor del 25% de la población de Gaza está en condiciones casi de hambruna. Las restricciones que Israel ha impuesto al acceso a la asistencia han empeorado la situación, causando retrasos significativos en la entrega de alimentos y suministros médicos.

A pesar de los esfuerzos de la ONU para enviar ayuda, los convoyes se enfrentan a serias dificultades logísticas. Solo una fracción de los camiones cargados con asistencia humanitaria logra ingresar a Gaza, y los procesos de inspección y autorización por parte de las autoridades israelíes han generado más demoras. Según el PMA, los convoyes de ayuda sufren retrasos de hasta 46 horas en la frontera, lo que agrava aún más la desesperante situación de los gazatíes.

Mientras tanto, las fuerzas israelíes siguen bloqueando los cruces fronterizos, restringiendo el acceso a alimentos y medicinas, y complicando el trabajo de las organizaciones humanitarias en la región. En este contexto, Trump subrayó la importancia de desbloquear estos obstáculos y permitir una distribución más rápida y eficiente de la ayuda.

La reacción de Israel y las denuncias de genocidio

Por su parte, el titular de Defensa de Israel, Israel Katz, ha expresado con claridad su posición: “Si Hamas no libera a los cautivos, se abrirán las puertas del infierno en Gaza”. Katz mencionó que Israel aumentará sus acciones militares hasta que los rehenes sean liberados, centrándose en las infraestructuras vinculadas a Hamas. Este enfoque ha recibido críticas de varias organizaciones de derechos humanos, que acusan a Israel de perpetrar actos de genocidio en Gaza.

B’Tselem, una organización israelí defensora de los derechos humanos, junto con Médicos por los Derechos Humanos de Israel, ha difundido informes que describen las acciones de Israel en Gaza como un genocidio. De acuerdo con sus estudios, las estrategias de Israel en Gaza no solo han devastado infraestructuras esenciales, como centros hospitalarios y educativos, sino que también han infligido un sufrimiento enorme a la población civil, sin una justificación proporcional.

Israel, por otro lado, niega tales acusaciones y sostiene que sus acciones son una respuesta legítima al peligro que representa Hamas. En este contexto, las autoridades israelíes afirman que actúan de acuerdo con las leyes internacionales y que buscan desmantelar la infraestructura militar de Hamas, sin perjudicar a los civiles.

El impulso global y la actitud de Gran Bretaña

El creciente debate sobre la situación en Gaza también ha generado reacciones a nivel internacional. El primer ministro británico, Keir Starmer, expresó su indignación por la situación humanitaria en Gaza y criticó las restricciones impuestas por Israel para la entrada de ayuda. Durante una reunión con Trump, Starmer calificó la crisis de “una catástrofe absoluta” y subrayó la necesidad urgente de facilitar el acceso a la ayuda.

Starmer también indicó que la población en el Reino Unido está “indignada” debido a las imágenes de personas sufriendo hambre en Gaza. A pesar de las críticas, el gobierno británico colabora junto a Jordania para coordinar el envío de asistencia a la zona, aunque las dificultades logísticas continúan siendo un reto significativo.

En este contexto, Starmer se encuentra bajo presión por parte de su partido para tomar una posición más decidida respecto a Israel, debido a la creciente preocupación mundial por la situación humanitaria en Gaza. La crisis en Gaza ha provocado un debate internacional sobre el papel de las naciones occidentales en el conflicto, especialmente en cuanto al bloqueo de la asistencia y las alegaciones de violaciones por parte de Israel.

La necesidad de un alto el fuego

El ámbito global continúa solicitando un cese de las hostilidades en Gaza, aunque las expectativas de lograr una solución pacífica permanecen poco claras. A pesar de los intentos de mediación y las iniciativas para detener el conflicto, las discrepancias entre los involucrados continúan.

Con la situación humanitaria empeorando y el número de víctimas aumentando cada día, la presión sobre los líderes mundiales para encontrar una solución se intensifica. La creación de centros de alimentos, como lo propone Trump, podría ser una medida para aliviar temporalmente la crisis, pero solo una resolución política definitiva pondrá fin al sufrimiento en Gaza.

La comunidad internacional debe seguir presionando para asegurar el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria, mientras se buscan soluciones políticas que garanticen una paz duradera para la región.

Por Soler Neivis

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