El magnate del sector tecnológico Elon Musk ha lanzado una advertencia en relación con una posible crisis energética mundial, provocada por el desarrollo acelerado de la inteligencia artificial (IA). De acuerdo con Musk, el consumo de energía necesario para mantener sistemas de IA está creciendo a un ritmo que las infraestructuras energéticas existentes no pueden soportar, lo cual podría resultar en una «escasez de electricidad» que detenga el avance tanto tecnológico como económico.
En una conferencia reciente del ámbito tecnológico, Musk indicó que la demanda de energía de la inteligencia artificial se incrementa diez veces cada seis meses. Este aumento imparable podría sobrepasar la habilidad mundial para producir y distribuir electricidad. También mencionó la falta de componentes esenciales como transformadores y dispositivos para reducir tensión, lo que complica aún más la situación.
Musk enfatizó la urgencia de adaptar las infraestructuras energéticas a las necesidades del mundo digital. Propuso invertir en fuentes de energía sostenibles, como la solar y la eólica, para mitigar la crisis. También mencionó la posibilidad de utilizar minirreactores nucleares como una solución viable para satisfacer la creciente demanda de energía sin empeorar la crisis hídrica.
El empresario también ha expresado preocupaciones sobre los riesgos existenciales que plantea la IA. En entrevistas anteriores, ha estimado una probabilidad del 10 al 20% de que la IA cause la extinción humana en las próximas décadas. Estas advertencias han generado debates en la comunidad tecnológica y científica sobre la necesidad de una regulación más estricta y una mayor inversión en seguridad de la IA.
La alerta realizada por Musk ha tenido un impacto en un periodo donde la necesidad de energía está en aumento, impulsada por la electrificación de los vehículos y la expansión de los centros de datos. La suma de estos elementos con la proliferación de la inteligencia artificial podría generar una carga sin igual en las infraestructuras eléctricas.
Para abordar estos desafíos, Musk insta a una colaboración más estrecha entre gobiernos, empresas tecnológicas y proveedores de energía. Sugiere que se implementen políticas que fomenten la inversión en infraestructuras energéticas resilientes y sostenibles, así como en tecnologías emergentes que puedan aliviar la carga sobre las redes existentes.
Además, Musk ha destacado la importancia de incrementar la comprensión pública sobre el uso energético asociado con las tecnologías digitales. Sugiere que tanto las compañías como los usuarios adopten métodos más eficientes para manejar la energía, tales como mejorar los algoritmos y utilizar sistemas de gestión energética en los centros de datos.