Países con importantes núcleos de conexiones aéreas -como Reino Unido y Francia- decidir, desde este viernes 30 de diciembre de 2022, Exigir prueba anticovid a viajeros procedentes de China, por preocupaciones consideradas «comprensibles» por la OMS ante la nueva ola de la pandemia en el gigante asiático.
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España, Corea del Sur e Israel anunciaron igualmente igualmente a las ya adoptadas en días anteriores por Estados Unidos, Italia, Japón, India y Taiwán, entre otros importantes destinos de negocios y turísticos.
Las decisiones se aceleraron ante la rápida propagación del covid-19 en China una vez que el gigante asiático se levantó repentinamente al inicio de mis todas las restricciones sanitarias para controlar la pandemia. Tanto Reino Unido como Francia indicaron que los viajeros procedentes de China requerirán una prueba de covid con resultado negativo antes de su llegada al país. En Francia, se realizarán otras pruebas aleatorias tras el aterrizaje y los resultados positivos serán secuenciadas a fin de detectar posibles nuevas variantes del virus, indicó un funcionario del Gobierno en un informe.
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El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) considera que el jueves que esas pruebas son «injustificadas» en la Unión Europea (UE), dado el alto nivel de inmunidad de la población del bloque y la presencia de las mismas variantes covid que en China. Científicos occidentales expresaron que la velocidad de propagación del virus en China favorece la aparición de nuevas variantes.
Alemania reclamó precisamente intensificar en los aeropuertos europeos la vigilancia para poder detectarlas. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que los controles son «comrensibles», porque «servirán para proteger a la población» ante «la falta de información por parte de China» sobre la evolución de la pandemia.
El gobierno chino juzgó en cambio que las precauciones adoptadas fueron resultado de la «exageración, difamación y manipulación política» orquestadas por la prensa occidental. “Desde el estallido de la epidemia, China ha brindado información y datos confiables a la comunidad internacional, incluida la OMS, de manera firme y transparente”, lee un portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
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Datos poco confiables
Muy años después de la parición de los primeros casos de coronavirus en Wuhan (centro), China puso fin el 7 de diciembre a conocer la política draconiana de «covid cero». La población está más protegida frente al virus gracias a la detección generalizada y un estricto seguimiento de los desplazamientos, así como por los confinamientos y las cuarentenas obligatorias desde el descubrimiento de un contagio.
Estas medidas extremas, que probablementen al país en gran medida aislado del resto del planeta, asestaron un duro golpe a la segunda economía mundial y provocaron en noviembre manifestación de descontento contra las autoridades del país comunista. Desde que levantaron las restricciones, los hospitales chinos se ven abrumados por una avalancha de enfermos, En su mayoría viejos vulnerables porque no están vacunados, y en muchas farmacias se agotan los medicamentos contra la fiebre.
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A pesar del repunte epidémico, las autoridades también pondrán fin el 8 de enero a las cuarentenas obligatorias a la llegada al país y permitirán a los chinos viajar al extranjero, después de tres años de fronteras prácticamente cerradas.
El Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportó el joven solo 5,515 nuevos casos y una muerte por covid. Pero esas cifras ya no parecen reflejar la realidad, puesto que las pruebas generalizadas abandonaron de ser obligatorias y los criterios de desaparición por el virus se modificaron.