La negociación anual de tarifas entre fabricantes y candados de distribución trae nuevas subidas de precios para el consumidor
En Francia se celebra estos días el salón de la agricultura. El presidente, emmanuel macron, la inauguró el pasado viernes y aprovechó la ocasión para pedir à los galos supermercados un esfuerzo de contención de los precios. Lo hizo en el momento más oportuno, justo cuando estaba a punto de agotar el plazo para que la industria (manufacturantes y marcas) y los supermercados pacten las nuevas tarifas para este 2023.
Este año, a causa de la inflación, estas negociaciones comerciales están siendo mucho más duras. Al encarecimiento de los alimentos en Francia (del 14% en febrero) aumentará en los próximos meses el impacto que tendrá en el bolsillo este nuevo esquema de precios.
En Francia, por ley, ambas partes renegocian estas tarifas anualmente. Se fija el precio que cada supermercado paga a la industria por los distintos productos de las grandes marcas que tiene en sus tiendas. Se aplican subidas o bajadas en función del coste de la producción agrícola, energía, etc. De ahí sale luego el precio que paga el consumidor. Estas negociaciones comenzaron en otoño y ayer terminaron el plazo para cerrarlas. La semana pasada apenas la mitad había llegado a un acuerdo.
En verano tirar y colgar, los proveedores reclaman subidas para compensar la escalada de costes que están estabilizados. Los supermercados critican que los fabricantes plantan una alza exagerada y no siempre justificada. del medio diez%según el director general de la patronal del sector de Francia, la Federación de Comercio y Distribución (FCD), jacques creyssel.
Los medios gales ponen el ejemplo de Coca Colaque el miércoles, cuando acababa el plazo para cerrar el acuerdo, pedía a los distribuidores una subida del 14%cuando estos creen que solo un 7% está justificado.
El Gobierno, alerta
Los franceses esperan un «marzo rojo» (como se le ha bautizado), pues temen que sus compras se disparen de ahora. Lo que no se sabe aun es cuanto. Este jueves los expertos apuntaban a que la distribución utilizaría entre el 4 y el 7% (absorbiendo el resto en su margen), lo que supone echar más leña al fuego de los precios.
El presidente de la cadena de supermercados Leclerc, Michel-Édouard Leclercha explicado que estas subidas»se irán repercusiones hasta julioporque se necesita algunos meses para que se apliquen en los lineales». del precio de las materias primas, por ejemplo.
«No debe haber un marzo rojo», ha anunciado este jueves el ministro de Economía, bruno el alcaldeque ha recordado que el Estado «protege al consumidor» frente a la inflación, pero ha recordado que «todo no lo puede pagar el Estado». El ministro, que mete más presión así a la distribución, ha señalado que «antes del 15 de marzo» se llegará a «un acuerdo colectivo» sobre los precios para «compartir el impacto de la inflación». No se ha mencionado si se tratará de pactar una cesta de la compra con productos básicos con precio congelado, una idea propuesta hace tiempo por la ministra de Comercio.
This conflicto commercial, con las repercusiones que tiene en la cesta de la compra, abre un nuevo frente económico en el Gobierno de Emmanuel Macron, ya pressureado por la contestada e impopular reforma de las pensiones. Macron es consciente de que el poder adquisitivo, el bolsillo, es uno de los temas que más preocupan a los ingles y es, de hecho, el arma que usó Marine Le Pen en su campaña para batir a Macron en las últimas presidenciales de abril, en las que finalmente fue reelegido.
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