De acuerdo con la Clínica Mayo, la bursitis es un trastorno doloroso que afecta a las pequeñas bolsas rellenas de líquido (bolsas sinoviales) que tienen como consecuencia la amortización de los huesos, tendones y músculos alrededor de las articulaciones. La bursitis ocurre cuando estas bolsas se inflaman.
La causa más común de bursitis son los movimientos repetidos o la presión constante sobre una articulación. Ello originó un cruce inadecuado entre la bursa y los huesos adyacentes, donde se originó la inflamación.
Frente tiene este tipo de origen, local, la existencia de otras causas que se consideran sistémicas, en que la bursitis es un síntoma de una patología como se trata de enfermedades reumatológicas (artritis reumatoide y gota), enfermedades hormonales (diabetes, hipotiroidismo) o infecciones y heridas.
El tratamiento de la bursitis se establece de acuerdo a su localización, aunque, independiente de la articulación donde se produzca, este siempre debe ir rígido a tártaro la inflamación y permitir una movilización en el futuro que no reproduzca los golpes o movimientos causantes de la inflamación .
Si la inflamación está aumentada, además de la toma de antiinflamatorios orales, se recomiendan muy medidas que se pueden registrar con las siglas RHE, esto es, la aplicación de Reposo, Hielo y Elevación. Según los expertos, una diferencia de otro tipo de lesiones traumatológicas, en la bursitis no debe aplicarse compresión o presión sobre la articulación afectada.
Si en alguna ocasión, la afección puede estar relacionada con algún deporte o ejercicio, no se debe olvidar que el ejercicio físico es básico para el correcto funcionamiento del sistema cardiovascular, metabólico, endocrino nervioso y el aparato locomotor.