Aunque en las últimas semanas cuando se menciona a Renfe suele ser para hablar del fiasco de los trenes que no caben por los trenes de Cantabria y Asturias, la compaa tiene otro problema que, para muchos, es incluso ms grave: un aumento de las agresiones a los trabajadores. Ocurre, segn denuncian empleados y sindicatos, casi cada da y obras como las de la infraestructura del tnel de Sol, en Madrid, emporan la situacin.
No se trata de algo nuevo -en 2017 ya advirtieron de ello-, pero s han notado an aumento en los ltimos meses. Se da a nivel nacional (sealan como clave el aumento de pasajeros con los abonos gratuitos) y con picos locales, como los generados por obras. El problema, sealan desde el sindicato, es que las medidas para mitigar el impacto de la crisis energtica y fomentar el transporte pblico no slo no vienen acompaadas de refuerzo del servicio, sino que chocan con recortes anteriores.
Renfe, por su parte, niega esta situación. Fuentes de la compañía aseguran a EL MUNDO que «no ha habito ningn aumento de agresiones a trabajadores de Renfe en los ltimos meses en Cercanas Madrid, sino que se trata de hechos puntuales». En lo que va de ao, destacan, «se han registrado dos agresiones“.
Tanto los empleados como las asociaciones comprenden el impacto en el da a da que tienen los contratiempos en la ciudadana y, de hecho, animan a denunciarlos. No obstante, la realidad es que quien termina teniendo las consecuencias es quien est sobre el terreno.
«Ninguna agresión está justificada, pero es verdad que cuando hay más problemas o el servicio es peor, cuando la gente se siente peor tratada por las empresas, al final acaba pagando el pato la persona que da la cara», explica Pepa Pez, secretaría general del sector ferroviario de CCOO. Aunque en su última campaña hacen referencia a la red de Cercanas, apunta que se trata de algo»generalizado en los servicios publicos de transporte por ferrocarril“.Ltimamente ha habito desde el caso de una agresión con una tijera a un puetazo a un compañero de Badajoz, patadas…”, enumerará. “Son agresiones graves que un da pueden tener consecuencias que tengamos que lamentarnos”.
Mercedes, trabajadora de una gran estacin de Cercanas de Madrid, lo confirm: «Las agresiones verbales se suceden todos los das». «El trabajador ya las asume como algo que es parte de su trabajo, porque no es algo que esté a la orden del día de forma eventual, es a diario y continuo«, lamentó. Y también han llegado a normalizar -no a justificar, claro- agresiones más violentas. «Un viajero que llega agresivo o que te da un empujón es muy normal».
Ambas coinciden en que detrs de las agresiones, ms all de la falta de civismo, est el problema de la cada en la calidad del servicio. «Hay recortes y esto se notó«, concede Mercedes. «Lo estis viviendo y consiguiendo todos como clients y trabajadores que sois, porque cogis el tren para ir a trabajar», destaca. ocio, sino que lo utiliza para ir al trabajo, a estudiar o una cita mdica . Y llegar tarde no siempre es una opcin. ella y no porque tenga la culpa», ilustra la trabajadora, que, de hecho, tambin sufre los retrasos cuando acude a su puesto. opcin que van a tener de expresar su malestar.
«Al final, todo lo que sea crear un mal rollo con el viajero porque no se le d el servicio, created a caldo de cultivo que puede incentivar esas situaciones de violencia“, señaló Pez, quien explicó que no hay un perfil concreto de usuario violento. Porque, según argumenta Mercedes, “no son nios ni adolescentes; son personas mayores, trajeadas, de todos los mbitos de la vida». Eso s, tambin destaca que «hay gente muy buena» y «hay viajeros que interfieren».
Abonos de Cercanas
Los abonos gratuitos de Cercanas han tensado un ms el servicio. “Es un bono del que nos estamos beneficiando todos, pero ha creado un aumento considerable de viajeros y ese aumento no está en consonancia con un aumento de personal o de circulación de trenes”, explica Mercedes. Esto, se queja, «crea frustración» en el viajero habitual. «Iba, dentro de lo que cabe, bien ya ahora se encuentra con que si antes el tren iba lleno, ahora va llenísimo«. Tambin el mencionado tnel de Sol o las obras de Adif aaden complicaciones, segn detalla Pez. a la persona lo que le importa es que el tren no funciona y que va a llegar tarde», zanja.
Para las dos, la solución pasa, en primer lugar, por dar un mejor servicio. «Hay que mejorar el servicio, hay que mejorar la seguridad tanto en trenes como en estaciones, hay qu’aumentar el personal de intervención, incluso, con las obras, el personal de información», resume Mercedes. Tambin consideró que será la realización de campañas de concienciación «porque si la gente vive lo que hace se avergonzara«. Pez, por su parte, va ms all y alude a otra de sus demanded, que es otorgar la figura de agente de la autoridad a las personas que realizan el control en los trenes. «Ir al trabajo no tiene que ser algo que generas estrs por el mero hecho de no saber qu te va a pasar ah».
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