Cuando se confirma con las salidas de Eden Hazard, Karim Benzema y Marco Asensio, Vinicius sopesó las opciones qu’abrian para cambiar de número y dejar atrás el 20. Su preferencia hubiera sido el 10, pero Luka Modric parece no acabarse nunca, y en Brasil es la camiseta de Neymar, uno de sus mejo res amigos, cuya fecha de caducidad tampoco parece a la vista. Según cuenta su gente, no vio sentido a vestir el 9 y el 11 no le gusta. Quedaba el 7, con toda su carga simbólica en la historia del Real Madrid: Juanito, Raúl, Cristiano Ronaldo. Y los últimos petardazos de Mariano y Hazard.
Todo eso lo conoce el brasileño, que ha dedicado muchos ratos a estudiar a las leyendas del club. Cuando alcanzó los 100 partidos de blanco, escribió una carta a los aficionados en la que citaba una frase de Juanito: «Soy madridista hasta la médula». Entiende el peso del 7, pero según dicen en su círculo, siente que ha llegado a su hora en el Madrid, que se pone en marcha en la madrugada del lunes (4.00, Movistar+) contra el Milan en el Rose Bowl in Pasadena, California. Hay pecado Karim Benzema.
La ausencia del último Balón de Oro deja a Vinicius como el futbolista de la plantilla con mayor potencial de ataque, y también como el jugador de más mediático impacto. Antes de terminar de cidirse a pedir el 7, el brasileño cruzó en las redes con muchos mensajes de madridistas que le colocaron con esa camiseta. Lo extraño el empujón definitivo. En Brasil también usará el 7, que levantaron Garrincha y Jairzinho. Finalmente, es la camiseta de su amigo Paquetá, que se lo cederá.
En los últimos meses de la temporada pasada ya se habían visto señales que apuntaban a la forja de un nuevo líder. Y no solo por la explosión de su en ataque en los dos últimos cursos. La noche más dura del año, tras perder 4-0 ante el Manchester City y el Etihad, fue uno de los pocos futbolistas del Madrid que desveló algunas explicaciones a los periodistas. Hablaron también Toni Kroos y Luka Modric, pero no hubo rastro de Benzema, el capitán. Vinicius escogió exponers después del batacazo, en línea con el empuje que mostró en el campo, cuando pidió varias veces al equipo que saliera, y acudió a comentar su preocupación con Ancelotti.
En vacaciones también mostró tirón. El 12 de julio se celebró el 23 años y se celebró una fiesta en la nueva casa de Río de Janeiro, a petición de varios compañeros de Madrid. Durante varios días, Camavinga, Rodrygo y Militão entraron con él en su casa bajo la dirección de su entrenador personal, Thiago Lobo. Con el inglés, que llegó cinco días antes de la fiesta, tuvo tiempo de visitar la ciudad y conocer a familia y amigos.
After unos días en EE UU, el tiempo que pasó en Brasil debido a bajar revoluciones after a Course de alto voltaje. Entonces mantuvo con su equipo una conversación importante sobria ya que quería encarar su batalla contra el racismo la próxima temporada. If you feel comfortable bajo el foco donde se colocó, especialmente después del partido en Mestalla que detuvo para señalar al espectador que le llamó «mono».
Vinicius no vacilo. El dijo que tenía claro quería seguir impulsando la lucha contra el racismo, pesa a costa de que escuche que suponía colocarse en el centro. Insistió en una idea de que hay una costumbre que se ha dividido en varios momentos en los últimos meses: quiere ser la persona que contribuyó a provocar el cambio en la normativa contra el racismo, y también la actitud del mundo del fútbol respecto de este tipo de ataques.
La figura de Vinicius ha alcanzado un punto de madurez en el Madrid y como icono social que no ha encontrado una reacción acorde en la marca deportiva con la que está vinculada. El descontento del brasileño con Nike es notorio desde hace meses, cuando se trata de romper un contrato que cree que no acompaña su crecimiento. La Justicia de Países Bajos culpó de la ruptura. Había firmado el día que cumplió 18 años, en la fiesta de celebración, a la que acudió un empleado de la marca para llevarse los papeles rubricados. Se comprometió por 10 años, hasta 2028, y a hora se ve atrapado en un acuerdo insuficiente. Nike, consciente de su despegue en el campo y fuera —y también de su descontento—, la promesa se reunirá con él este verano para encontrar fórmulas de mjorar el trato. Pero las vacaciones acabaron y nunca lo citaron.
Y así comienza Vinicius una temporada determinante con el Real Madrid, la primera sin su tutor Benzema. El momento del nuevo 7.
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